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El club “de los malos padres y madres”

Publicado el: 13 agosto, 2020

Como padres, siempre tratamos de hacer lo mejor que podemos para nuestros hijos. Queremos que sean saludables, felices y exitosos. Damos lo mejor de nosotros para ser un buen ejemplo. Pero a veces esas buenas intenciones se convierten en una obsesión por ser madres o padres perfectos. Y nuestro objetivo de criar a buenos niños se convierte en tratar de criar niños ideales.

El perfeccionismo es impulsado por sentimientos de miedo y vergüenza. Las mamás parecen ser más sensibles a sentirse juzgadas y criticadas en su rol. Se sienten culpables si no amamantan o si tienen ganas de estar solas de vez en cuando. Este tipo de madres piensan que si pueden hacer todas las cosas bien serán felices, validadas y respetadas. 
Los padres tampoco están exentos de este “mal de la perfección”. A medida que los papás se están transformando en participantes más activos en la crianza de los niños, también han sido víctimas de la competencia y la comparación entre papás. Y claro, ellos también pueden establecer expectativas poco realistas para sus hijos.

¿Cuál es el precio del perfeccionismo en la crianza de los hijos?

Siempre que cuides a alguien más, es esencial cuidarte primero tú. Como padres, debemos recordar hacernos tiempo para descansar, pasarla bien y compartir con otros. Esforzarse demasiado, quedarse despierto hasta tarde y ser autocrítico no conducen a una crianza saludable. Necesitas relajarte un poco. No es necesario organizar las fiestas de cumpleaños más grandiosas o que tus hijos ganen premios para demostrar que eres el mejor. Saber que eres un buen padre (no perfecto, pero bueno) viene de adentro. El reconocimiento público no es necesario para convertirte en un buen papá o mamá. Menos útil aún es que te compares con otros progenitores.
Cometemos errores como padres. Y nuestros hijos también se equivocan. Necesitamos ayudarlos a comprender que esto es normal en la vida. Tus hijos no se convertirán en adultos exitosos, bien adaptados y de alto rendimiento si eres demasiado duro, implacable y exigente con ellos. De hecho, el perfeccionismo te pone a ti y a tus hijos en riesgo de depresión, ansiedad y trastornos alimenticios.
Mejor ser padres reales que perfectos.

Admitamos que somos humanos

Aquí te dejamos algunos consejos para que te relajes y recuerdes que somos imperfectos:

  • Compartamos lecciones de vida . Cuando comunicamos nuestras propias luchas y problemas, brindamos un buen ejemplo de perseverancia y resiliencia. Cuéntale a tu hijo o hija algunas historias de tu día.
  • Avisa que también te equivocas . Cuando le dejamos saber a nuestros hijos que tenemos fallas, le damos fortaleza para que continúe intentándolo si es que fracasa. Si podemos tratar los errores como un testimonio de esfuerzo, le daremos a entender que el peor error en la vida es dejar de intentarlo. Entonces, por ejemplo, si no recibimos el ascenso que estábamos esperando, podemos compartir esta experiencia con él o ella.
  • Ofrece disculpas . Cuando nos disculpamos estamos admitiendo que podemos dañar a alguien, pero motivamos también a nuestros hijos a pedir perdón cuando sea necesario. Las disculpas fortalecen las relaciones, porque nos permiten afirmar que hemos hecho algo malo, pero también nos compromete a no repetir de nuevo el mismo error.
  • Humanízate . Cuando nosotros, con humildad y humor, identificamos nuestras luchas y errores, nos humanizamos al aceptar que somos imperfectos. Esa honestidad también puede alentar a los niños a aceptarse más a sí mismos. Entonces, la próxima vez que “tropecemos con la misma piedra”, podemos tomarlo con calma y admitir que nos equivocamos otra vez. Hacerlo establece un poderoso ejemplo de vida.
  • Admitamos nuestras debilidades. Cuando señalamos nuestras propias deficiencias y las aceptamos como parte de nuestra naturaleza humana, nuestro hijo también entenderá que tiene deficiencias y debe trabajar para superarlas.

Te aconsejamos que veas la película “El club de las malas madres” que muestra precisamente madres imperfectas que se cansan de sus hijos, que necesitan un respiro para salir con sus amigas, en definitiva que son mujeres y muy humanas. 
De la idea que quiere transmitir este film surgió un blog que es bastante famoso que lleva el mismo nombre de la película. Esto es un fragmento de lo que dice en su home:

“Nace hace dos años en una cuenta de twitter @malasmadres con el objetivo de desmitificar la maternidad y romper el mito de “la madre perfecta”. Laura Baena, nuestra fundadora, sintió la necesidad de compartir su visión de una maternidad real, con el fin de reivindicar un nuevo modelo social de madre…” 

Anímate a ver la película, es una comedia, pero vaya que trata verdades…

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