Todos queremos que nuestros hijos crezcan para amar y ser amados, que sigan sus sueños y encuentren el éxito. Sobre todo deseamos que sean felices. Pero,
¿ cuánto control tenemos sobre la felicidad de nuestros hijos?
Las investigaciones de expertos muestran de forma clara que los niños felices y optimistas son producto de hogares que tienen esas mismas características, independiente de su carga genética. La pregunta es: ¿ qué puedes hacer para crear un hogar donde tu hijo(a) sea feliz?
Conoce entonces estas estrategias que harán aumentar su alegría.
Índice de Contenidos
- Deja que tu hijo te vea feliz
- Enséñale a ser feliz a través del control de sí mismo
- Asegúrate de que escuche lo que tienes que decir
- Ayuda a tu hijo a ser un perdedor feliz
- Acepta sus defectos (parte por admitir los tuyos)
- Incentiva todas las formas de juego
- Enséñale a tu hijo la felicidad a través del compromiso y la perseverancia
- Enséñale a diferenciar entre necesidades y deseos
- Muéstrale a tu hijo que la generosidad es importante
Deja que tu hijo te vea feliz
Las emociones son contagiosas. Si tu hijo te ve triste e infeliz todo el tiempo, lo más probable es que termine sintiéndose de la misma manera. La buena noticia es que lo mismo ocurre con la felicidad: si tu hijo ve que tú eres feliz, él también se sentirá así. Tu pequeño necesita verte sonreír. Sabemos que los niños son como esponjas: absorben todo lo que les rodea.
Enséñale a ser feliz a través del control de sí mismo
Los niños más infelices son los niños perdidos, inadaptados en un mundo donde todos los demás son buenos en algo y ellos no. Carecen de habilidades de adaptación, no son conscientes de sus propios talentos y nunca se les ha enseñado a resolver problemas. Entonces, ayúdalo a reconocer sus destrezas y guíalo para que aprenda a manejar de buena forma sus problemas.
Asegúrate de que escuche lo que tienes que decir
Escucha a tu hijo y adapta tu lenguaje al de él o ella. Si no puede entenderte, no aprenderá lo que le quieres enseñar. Concéntrate en la forma en la que emites el mensaje y busca la manera más simple de comunicarte con él.
Ayuda a tu hijo a ser un perdedor feliz
No dejes que tu hijo crezca pensando que la felicidad está unida a ganar porque no es así. Porque si tu hijo sí lo cree, se odiará a sí mismo y se sentirá infeliz cuando pierda. Entonces, ¿ cómo se les ocurre a la mayoría de los niños la loca idea de que ganar lo es todo? De sus papás y mamás.
Si lo o la acompañas a jugar fútbol y le gritas y lo retas cuando pierde un gol, le estás enseñando que ganar es lo más importante. Algunos padres creen que está mal y es dañino ganarles a sus hijos en un juego. No caigas en ese mito. Es importante demostrarle que perder no es el fin del mundo.
Acepta sus defectos (parte por admitir los tuyos)
Si insistes en tener un hijo perfecto, solo terminarás decepcionado e infeliz y él notará esa desilusión. Todos los seres humanos tenemos defectos, debilidades e imperfecciones que, junto con ciertos talentos únicos, definen nuestra personalidad. Los niños necesitan saber que no existe la perfección.
Tu hijo necesita que le des un descanso de vez en cuando. Necesita que le digas: “Te amo. Nadie es perfecto”
Incentiva todas las formas de juego
El juego es una fuente importante de alegría para los niños. No solo los hace felices, sino que también sirve como base para el desarrollo social del ser humano. Pueden jugar solos, en compañía de otros niños o de sus padres.
Los niños también necesitan estar expuestos al juego competitivo y al cooperativo. Necesitan juegos con reglas y sin reglas. La idea principal es divertirse.
Enséñale a tu hijo la felicidad a través del compromiso y la perseverancia
Dos de las lecciones más valiosas que un padre puede enseñarle a un niño son el compromiso y la perseverancia. Forma a tu hijo para que sea fuerte y autosuficiente. Anímalo a explorar posibilidades. Debes brindarle la oportunidad de hacer y terminar algo importante, de sentir el orgullo que solo llega al final de una tarea bien hecha.
Enséñale a diferenciar entre necesidades y deseos
Las necesidades humanas son pocas: aire, agua, comida, refugio. El resto de la vida se compone de deseos. Es posible, por ejemplo, que tu hijo quiera pasar horas interminables jugando videojuegos. Tu tarea como padre o madre es ayudarlo a diferenciar entre lo que son deseos y necesidades.
Muéstrale a tu hijo que la generosidad es importante
Participa en actividades benéficas en familia. Cuando tu hijo haga algo generoso, hazle saber que te sientes orgulloso. Anímalo a ayudar a otros que lo necesitan. Explícale que sus actos de bondad contribuyen a crear un mundo mejor, lo harán feliz y harán felices a otros.
Sin duda, hay más formas de hacer feliz a tu hijo(a), pero podrías partir con estos consejos y buscar otros métodos que te puedan servir de ayuda.