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Agotamiento de los padres y cómo detectarlo

Publicado el: 31 agosto, 2020

¿Cuántas veces has sentido que criar a tus hijos es de verdad agotador? Estamos seguros que muchos de ustedes se han sentido sobrepasados en varias ocasiones, en especial, en estos tiempos de cuarentena, con los niños en la casa, tú intentando trabajar al mismo tiempo que les ayudas en las tareas y un largo sinfín de situaciones.

¿Qué es el síndrome de agotamiento?

Es un síndrome que hace sentir a los padres y madres abrumados, exhaustos física y emocionalmente, distanciados de sus hijos y que les da la sensación de ser padres ineficaces.
La sociedad exige que los papás y mamás nunca se agoten. Está generalizada la idea de que ser padres es una tarea gratificante, satisfactoria y maravillosa que será recompensada solo con las sonrisas de los hijos. Pareciera ser que es una tarea tan alegre que los problemas propios de la crianza apenas se notan. Eso es falso y es un mito que puede dañar a los progenitores.

Imagínate trabajando a tiempo completo: las demandas exceden la capacidad de satisfacerlas. Mucha presión emocional y ninguna mínima certeza de que seremos exitosos. Tareas infinitas, donde la meta siempre cambia y tareas de las que no puedes escapar. Estas son las condiciones perfectas para el agotamiento. Todos experimentamos estas situación, pero poco se habla al respecto. 

Porque los padres y madres podemos hablar de todo, pero todavía parece ser un tema tabú el hecho de conversar sobre cómo la crianza misma puede “quemarnos como padres”.

Es cierto que la relación parental es muy importante para el desarrollo psicológico de los niños. Por eso es angustiante pensar siquiera en la posibilidad de que podamos agotarnos. Reconocer que esto es una realidad es el primer paso para abordar estrategias y evitar que nos sintamos sobrepasados.
La cuestión es simple:  no podemos dar lo que no tenemos. Si estamos desconectados de nosotros mismos, es imposible brindar apego, amor y cuidados. Si estamos estresados no siempre podemos responder con paciencia. Como somos los adultos, depende de nosotros saber cuándo el agotamiento está alcanzando niveles críticos y qué podemos hacer al respecto.

¿Cómo sabemos si estamos agotados?

El agotamiento puede ser físico, emocional y mental. Suele durar más de tres meses. Nos sentimos estresados o cansados durante un período prolongado de tiempo. Los siguientes son signos de agotamiento parental:

  • Agotamiento persistente
  • Sentirse ineficaz como padre o madre
  • Distanciarse emocionalmente de los hijos y la familia
  • Incapacidad de tomar decisiones simples
  • Irritabilidad sin razón por situaciones menores
  • Baja autoestima como papá o mamá
  • Dudar de uno mismo

Cualquier situación que nos angustie puede provocarnos agotamiento si no la manejamos de forma efectiva. Parece ser que está prohibido admitir que “estamos quemados” ya que eso sería signo de debilidad e ineficacia. Grave error, porque todos necesitamos ayuda en algún momento y aprender a pedirla es un signo de fortaleza.

Consejos para evitar “quemarnos”

  1. Enfócate en lo positivo
    Cuando estamos desanimados y cansados, es difícil ver lo positivo. En esos momentos complicados, recuerda algunas de las áreas en las que tu hijo o hija sobresale o está progresando. El reconocer pequeños éxitos y construir fortalezas son los peldaños necesarios para escalar montañas. ¡No olvides el poder de las buenas palabras!
  2. Olvídate de la perfección
    Sabemos que sobre todo la mamás de esta época, están bajo mucha presión por intentar hacerlo todo bien. Como cultura, tendemos a valorar la imagen del padre o de la madre que se posterga a sí mismo con el fin de darle una vida perfecta a sus hijos. Sin embargo, debes entender que no tienes que ser una madre o un padre perfecto para criar bien a tus hijos. De hecho, tratar de darles siempre a tus hijos experiencias extraordinarias a cualquier costo puede provocarte agotamiento.
  3. Amplía tu caja de herramientas
    Todos tenemos un conjunto de herramientas para padres que hemos adquirido en el camino: algunas las aprendimos de nuestros padres, otras a través de la educación que recibimos o por los medios de comunicación. Mientras que otras pueden haber sido usadas por pura intuición. Es probable que tengas algunas estrategias que sean más efectivas que otras. Entonces, si bien estamos haciendo lo mejor que podemos para nuestros hijos, experimentar con nuevas herramientas para criarlos puede ayudarte a descubrir qué funcionará mejor en ciertos momentos o períodos. Hay muchos recursos de excelente calidad en línea, clases para padres y consejeros que pueden ayudar.
  4. Busca apoyo
    Cuando descubras que ya estás medio agotad@, usa los apoyos que ya tienes o busca otros nuevos. Esto puede significar pedirle ayuda a los abuelos, amigos o niñeras que te puedan permitir un respiro y descansar de tus hijos de vez en cuando para recargarte de energía otra vez. Dedica espacios en soledad para que puedas aprovechar este tiempo en hacer algo reparador para ti: hacer ejercicio, relajarse, almorzar solos con tu pareja, tomar un café con un amigo, ir al cumpleaños que quieres. Es decir, lo que sea que te levante el espíritu. Vuelve a conectar contigo mismo para volver a reconectar con los que quieres. 

Y algo muy importante: deja de sentirte culpable por querer un espacio para ti mismo. Hazte un cariñito de vez en cuando. Si tú estás bien, tus hijos también lo estarán.

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