A todos nos resulta difícil ver pelear a nuestros hijos(as). Sin embargo, es importante que sepas que es normal que existan conflictos entre ellos.
Las discusiones entre hermanos son comunes, pero las niñas y niños pequeños no tienen la madurez suficiente para resolver los problemas por sí mismos. Por eso debemos enseñarles a negociar. Además, como familia, tenemos que establecer reglas para llevarnos bien entre todos, como no insultar, pegar o burlarse. Los padres podemos dar el ejemplo a través de nuestro propio comportamiento.
La forma en que nosotros respondemos cuando nuestros hijos discuten, influye también en la manera en que los niños se comportarán entre sí. Si corremos cada vez que ellos entran en conflicto, aprenderán que las peleas llaman la atención de sus padres, por lo que es posible que lo hagan más. Si no intervenimos, los niños deberán poner en práctica sus habilidades para resolver sus problemas. Pero ojo, antes debemos enseñarles estas habilidades básicas de negociación de acuerdo a sus edades.
Nuestra participación como papás y mamás suele complicar las discusiones. Si los chicos se pelean por un juguete, el problema es el juguete. Pero si alguno de nosotros interviene siempre, cada niño nos querrá de su parte. Así, nos convertimos en otra fuente de discordia.
Qué aspectos debemos tener en cuenta cuando nuestros hijos discuten
- Si el conflicto se transforma en una pelea a golpes, siempre debes intervenir y alentar a los niños a hablar. Cuando esto pase, detenlos. Después, dales espacio para que cada uno cuente su versión de los hechos. Explica que los ataques físicos no están permitidos y que si esto pasa habrá consecuencias como pérdida de privilegios o tareas extras.
- Demuestra comprensión. Si uno de ellos te dice que su hermano la llamó estúpida, intenta decir: «¡Eso debe haberte enojado!» con frecuencia la empatía puede hacer que un niño se sienta mejor.
- Sé justo. Muchos niños pequeños vienen corriendo cuando su hermano mayor los molesta (o viceversa). Si tú te pones del lado de uno de ellos y te enojas con el otro, el primero puede volverse dependiente mientras que el otro se sentirá como un matón. Hacer una suposición sobre quién tiene razón o quién no puede aumentar la rivalidad entre hermanos.
- Sé objetivo. Tú como padre o madre no debes discutir sobre quién inició la pelea o quién tiene la culpa, sino que debes actuar como intermediario.
- Sé proactivo, no reactivo. Enseña a los niños a manejar los conflictos antes de que surjan. Tú puedes explicarles cómo hacerlo y debes elogiarlos cuando cooperan entre sí y llegan a acuerdos solos.
Como siempre, el refuerzo positivo es muy importante cuando ellos comparten, cooperan o juegan juntos sin problemas. Si se les da la oportunidad, los niños aprenden a llevarse bien con sus hermanos y pueden desarrollar relaciones cercanas a medida que crecen.
En el caso de que las peleas se vuelven inmanejables y demasiado frecuentes es necesario visitar a un especialista, porque puede haber razones ocultas importantes detrás de una mala conducta que se repite.
Las peleas entonces, forman parte de la vida normal de los hermanos y nos brindan una excelente oportunidad para que les enseñemos habilidades para resolver problemas.
Nos gustaría que en los comentarios nos contaras que estrategias usas para manejar las peleas entre tus hijos.