El 25 de mayo de 2020, George Floyd, músico afroestadounidense fue asesinado por un policía de Minéapolis (EE.UU) que se arrodilló sobre su cuello durante un arresto, impidiéndole respirar. Varios pudimos ver su último aliento de vida, mientras un transeúnte filmaba la escena y le gritaba al policía que lo soltara.
En nuestro país también podemos ver a diario, conductas racistas contra los inmigrantes y personas que pertenecen a nuestros pueblos originarios.
También hay discriminación a personas que tienen algún tipo de discapacidad o contra aquellas que tienen un determinada orientación sexual. La lista suma y sigue. La pregunta es: ¿cómo estás educando a tu hij@ en este tema?
Las claves: ser receptivos y amables con aquellos que son diferentes
Las personas tenemos muchos rasgos de personalidad y características físicas diferentes. Emitir juicios sobre estas diferencias puede interferir con nuestra disposición a probar nuevas experiencias y la aceptación de otros que son diferentes.
Como adultos, somos capaces de reflexionar sobre nuestros propios prejuicios, ampliar nuestra comprensión de las diferencias y desafiar nuestras ideas preconcebidas sobre los diferentes grupos de personas.
Los niños están muy influenciados por los comportamientos de los adultos, es por eso que necesitan ejemplos de personas que sean abiertas y acepten las diferencias.
Los padres debemos desempeñar un papel activo en la formación del comportamiento de nuestros hij@s, ayudándoles a ser receptivos y amables con aquellos que son distintos a nosotros.
Los niños tienden a basar sus estereotipos en rasgos físicos, como la raza, el género o la edad. Ellos entienden su entorno a través de la clasificación, por lo que para ellos y ellas tienen sentido agrupar a las personas de acuerdo con su aspecto.
Como resultado, lo más probable es que se identifiquen con un grupo de personas que tienen una apariencia similar a ellos y se desconectarán de los que parecen diferentes.
Consejos para que tus hij@s valoren la diversidad
Como ya mencionamos en un post anterior, los padres somos los primeros modelos de nuestros hijos e hijas. Aquí te damos algunos consejos concretos para que los eduques en esta área:
- Usa un lenguaje amable. Abstenerse de utilizar comentarios explícitos que categorizan a las personas. Por ejemplo: “ las niñas son más débiles que los niños”. Aunque esto puede parecer inofensivo, inculca en los niños ideas sexistas.
- Redirige el comportamiento intolerante. Si ves que tu hij@ actúa o habla en contra de diversos grupos, habla con él al respecto. Explícale por qué es importante tratar a todos con amabilidad e igualdad.
- Practica la unidad. No se separen de las personas por género, edad, discapacidad, raza, religión u orientación sexual. Los padres pueden dar a sus hijos ejemplos claros de igualdad cuando interactúan de manera amable con personas distintas.
- Sé amable también en conducta. A veces, no somos conscientes de nuestro lenguaje corporal con los demás. Por ejemplo, un individuo blanco podría actuar distante con un individuo afroamericano. Al aumentar nuestra conciencia de nuestros comportamientos no verbales y tratar a todos por igual, modelamos para nuestros hijos cómo tratar a los demás con respeto
- Tener experiencias multiculturales . Como familia, participar en este tipo de experiencias podría ser una vivencia divertida para todos. Las experiencias de diversidad conducen a tener menos estereotipos. Presenta a tu hijo o hija a diversos grupos, como un nuevo entorno religioso o eventos culturales de la comunidad.
Si bien los niños se encuentran en muchos entornos de aprendizaje diferentes, los padres tienen el mayor impacto en cómo sus hijos perciben y actúan hacia los demás.
Estas estrategias para valorar la diversidad también se pueden compartir con otros miembros de la familia, amigos o profesores. A través de esta colaboración, otras personas cercanas a tu hij@ pueden ayudarlo a eliminar los prejuicios. Esto lo que lleva a tener relaciones más sólidas con todas las personas.
A medida que los niños se sientan más cómodos con personas distintas, ganarán aceptación mutua de sí mismos y de los demás. Ya no pensarán en sí mismos como diferentes del resto, sino que más bien, se sentirán conectados con sus pares y aceptarán más las diferencias.