Imagina a un niño mal educado, que actúa como verdadero dictador en miniatura. Lo primero que puedes pensar es: parece que no le están enseñando bien en la escuela. Y este es un grave error, porque la mayor influencia que reciben los niños proviene de sus padres y madres.
La familia es el primer lugar donde ellos reciben educación. Las escuelas y colegios son solo apoyos a esa labor formativa.
Las interacciones que tengas con tu hij@ forman la base para su crecimiento. A través de ellas, aprenderá qué es lo bueno y lo malo, quién es y quién debe llegar a ser.
Entonces, aunque la carga genética que recibe tu hij@ es importante, no determina la forma en que crecerá. En cambio, el entorno que construyas para él será fundamental para que se desarrolle de manera óptima en todos los aspectos de la vida.
En otras palabras, de ti depende quién será tu bebé y cómo crecerá. En los primeros años críticos de vida, tu hij@ no solo está desarrollando habilidades de lenguaje y comunicación, sino que también está formando su propia personalidad. Esto significa que tus elecciones, lo que dices (y no dices), lo que hace (y no haces), influye de manera poderosa en lo que se convertirá. Eres un coautor clave en el libro de su vida.
¿Qué puedes hacer como padre o madre para influenciarlo de buena forma?
Primero, siempre debes tener en mente que tú tienes el poder. Como madre o padre, es tu responsabilidad el camino que tome tu hijo en la vida.
La buena noticia es que tienes todo lo necesario para darle un entorno estimulante y apoyo, que es lo que más necesita. Sobre todo, experiencias de vinculación afectiva contigo.
Satisfacer las necesidades de tu hijo, calmarlo con tu voz y tacto, leer un libro, abrazarlo o cualquier actividad que implique su crianza, hará mucho para mejorar su bienestar emocional, el temperamento, la personalidad y su capacidad para lidiar con el estrés.
Es importante que tengas claro entonces que todos somos producto de nuestros genes y entorno. El cerebro de tu hij@ se desarrolla influenciado casi por igual por los códigos genéticos que recibió de ti y de tu pareja, así como también por las experiencias que vive en su ambiente familiar.
Los padres repercuten bastante en el comportamiento de sus hijos. Los niños son como esponjas: modelan todo lo que hacen los padres e incorporan lo que ven en sus propias vidas. Es importante que le des los ejemplos correctos. Los negativos, pueden ser perjudiciales para su desarrollo de un niño y pueden conducirlo a tener una mala conducta.
Según varios estudios, los padres tienden a restarle importancia al tremendo poder que ellos tienen en la formación de sus hijos. Si estos últimos tienen conductas negativas, culpan al entorno escolar, a las “malas influencias de sus amigos”, a lo que ven en la televisión y otros motivos más. Pero la verdad es que tu hijo es producto de lo que tú has construido y modelado para él o ella.