No todo es coronavirus. En invierno también llegan otros «clásicos» contagios que es posible evitarlos manteniendo a tus hijos con buena salud
Índice de Contenidos
Dale a los niños más bebidas y alimentos que estimulen su sistema inmunológico
Una de las mejores maneras de reforzarlo es consumiendo alimentos y bebidas ricos en vitaminas y nutrientes. Intenta incorporar los siguientes alimentos en la dieta de tu/a hijo este invierno:
Carne de vacuno: contiene zinc, que es vital en la producción de los glóbulos blancos necesarios para destruir las bacterias.
Las frutas que contienen vitamina C: (naranjas, mandarinas, kiwis) contienen una buena cantidad de esta.
Ajo: contiene alicina, un compuesto que combate las bacterias y las infecciones.
Yogur con probióticos: estos últimos mantienen el sistema digestivo libre de gérmenes que causan enfermedades.
Restringe el consumo de azúcar
El aumento de su consumo debilita el sistema inmunológico. Como resultado, los niños que comen muchos dulces se vuelven posibles candidatos para un resfriado, gripe y otras enfermedades. Trata de limitar la ingesta de azúcar de los niños a una pequeña golosina por día.
Mantén a los niños/as hidratados
Un vaso de agua fría de seguro es lo último que los niños quieren durante el invierno, pero es lo que también sus cuerpos necesitan para combatir infecciones y enfermedades. El agua no solo transporta nutrientes a las células, sino que también elimina las toxinas del cuerpo. Por lo tanto, la deshidratación aumenta el riesgo de enfermedades.
Asegúrate de que duerman lo suficiente
El sueño es un factor básico para tener un sistema inmunológico saludable: permite que el cuerpo se cure y se repare a sí mismo. Si olvidaste cuánto tiempo necesitan dormir tus hijos, aquí hay un rápido recordatorio:
Los bebés menores de 1 año requieren de 12 a 18 horas por noche.
Los niños pequeños de 1 a 3 años necesitan entre 12 y 14 horas.
Los niños en edad preescolar entre las edades de 3 y 5 requieren de 11 a 13 horas.
Los niños de 5 a 10 años necesitan entre 10 y 11 horas cada noche.
Anima a tus hijos a relajarse
Mientras que los adultos pueden manejar el aumento del estrés, el sistema de defensa de los niños tiende a debilitarse en medio de mucho ajetreo.
Además de asegurarte de que tus hijos duerman lo suficiente cada noche, incentívalos a que se tomen un tiempo de relajo todos los días. Pueden ver en la televisión un episodio de su programa favorito, pintar, jugar, etc. Bajar el ritmo le dará tiempo a su sistema inmunológico para descansar y recuperarse.
Cambia los cepillos de dientes
Una de las superficies más sucias de tu casa es el cepillo de dientes de tu hijo. Los gérmenes a menudo se esconden en las cerdas, provocando infecciones y enfermedades. Compra un cepillo de dientes nuevo al comienzo del invierno y reemplázalo de inmediato si tu pequeño se enferma.
Refuerza el hábito del lavado de manos
Con la pandemia ya lo tenemos asumido, pero siempre es bueno recordar que las manos sirven como puerta de entrada de los gérmenes al cuerpo, por lo que cuanto más limpias estén, menos probabilidades hay de que tu hijo/a desarrolle una enfermedad o infección durante el invierno.
Enseña a tus pequeños a lavarse las manos:
- Antes y después de cada comida
- Después de tocar tierra, basura, animales u otra persona
- Después de estornudar, toser o sonarse la nariz
- Asegúrate de que tus hijos siempre se laven las manos con agua y jabón y durante al menos 30 segundos o bien que usen alcohol gel si no tienen esa posibilidad.
Como el protagonismo se lo ha llevado la pandemia, a veces olvidamos que en esta época también siguen existiendo los resfríos comunes y la gripe. Es por eso que destacamos la importancia de cuidar a los niños con las medidas adecuadas.
¿Qué otro consejo al respecto le darías a los papás y mamás? Te leemos.