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Cómo manejar las peleas entre hermanos

Publicado el: 21 septiembre, 2020

La vida familiar es bastante difícil en tiempos normales. Y las cosas se ponen aún más complicadas en pandemia.  En muchos hogares, sus integrantes deben sentirse “como en una olla a presión”.  Y más encima, en ese panorama tus hijos se pelean. Es natural comenzar a gritar amenazas. Pero como todos los humanos se rebelan contra el control, terminas empeorando la situación. Abordar las necesidades y los sentimientos que están impulsando ese comportamiento puede cortarlo de raíz.

Los padres a menudo aumentan la rivalidad entre hermanos porque no saben cómo intervenir en los conflictos sin generar más resentimiento. Por eso aquí te explicamos cinco hábitos familiares que puedes poner en práctica en tu vida para ayudar con las emociones, satisfacer las necesidades y sanar la rivalidad entre hermanos, para así tener la tranquilidad que todos necesitamos en estos tiempos ( y siempre).

1. Evita el aislamiento social

Muchos niños sufren a causa del confinamiento. Extrañan jugar con sus amigos y ser parte del grupo de compañeros de escuela. Jugar con su hermano a veces no es un gran sustituto. Es por eso que debes ayudarlos a que se mantengan comunicados con sus amigos.
Establece «citas virtuales” para que tu hijo o hija pueda conectarse con ellos. No es lo mismo que el contacto físico, pero sirve. Por ejemplo: los niños mayores pueden  conversar mientras dibujan. Los más pequeños a los que les gusta el juego de simulación pueden inventar historias juntos.

2. Elimina la rivalidad entre ellos y enséñales habilidades sociales

Algunas veces los niños se preocuparán de que sus padres puedan amar más a su hermano que a él. En momentos complicados, como esta pandemia esta preocupación se intensifica y puede aumentar la rivalidad entre ellos. Aborda este tema asegurándote de que cada hijo se sienta apreciado. Evita compararlos o intervenir en conflictos para que uno de ellos se sienta como si «hubiera perdido». Esta también es una excelente oportunidad para enseñarles habilidades sociales y de resolución de conflictos.

  • Empatiza con ellos, sin hacer que el otro se equivoque. Ayúdalos a sentirse reconocidos, incluso cuando no pueden obtener lo que quieren. “Parece que tú quieres tranquilidad y tú deseas poner la música más fuerte. Es un caso difícil. ¿Cómo lo podríamos solucionar?
  • Cuando las tensiones comiencen a aumentar, interviene para recordar que el respeto siempre debe estar presente:  “ Ustedes dos parecen muy enojados el uno con el otro. Pueden decirse lo que necesitan, pero sin ataques ni ofensas”
  • En lugar de apresurarse a corregir y proteger, educa a tus hijos para que se defiendan por sí mismos. “Escucho algunas palabras que pueden doler. Puedes decirle a tu hermana que no te gusta cuando se burla de ti”
  • Si un niño persiste con su agresividad, defiende las reglas familiares y enseñarle a reparar errores. Recúerdale que en la casa el respeto es muy importante y que debe pensar en cómo reparar su ofensa.

3. Ayudalos con el manejo de las emociones

Si tu hijo es rudo con todo el mundo, es evidente que lo está pasando mal. Algunos hábitos familiares positivos pueden ayudar a los niños a superar sus preocupaciones, reducir la ansiedad y hacer que sea más fácil llevarse bien entre hermanos.

  • Las bromas y la risa evitan el estrés y también aumentan la unión. Busca formas para que tus hijos se rían mientras estén juntos.
  • Habla con tus hijos sobre sus sentimientos acerca de este virus. Expresar temores, los vuelve más manejables. Y cuando nos permitimos sentir y reconocer nuestras emociones, comenzamos a ganar control consciente sobre ellas, por lo que su poder comienza a disiparse.
  • Da la bienvenida a todas las emociones. Recuerda que detrás de la ira generalmente hay miedo o tristeza. Por esa razón si tu hij@ está enojado, respira, mantén la calma e invítalo a que te explique qué le pasa: “Debes estar muy enojado para hablarme así”. Mientras más seguridad puedas crear con tu tono, es más probable que tu hijo pase de la ira a las lágrimas y a contarte los miedos que esconde. 
  • Recuerda que los niños se dan cuenta de lo que sentimos. Si estás nervioso o estás peleando con tu pareja, tus hijos sentirán el estrés. Asume la responsabilidad de lo que irradias. Eso significa desarrollar un repertorio de prácticas para manejar tu propio estrés.
  • Apaga las noticias un rato. Escucharlas todo el tiempo, aumenta la ansiedad de todos.
  • Enseña a tus niños a manejar sus preocupaciones, con habilidades como detenerse, respirar, centrarse en lo que pueden controlar y darse cuenta de cómo los pensamientos perturbadores llevan a malos sentimientos.
  • Empieza alguna práctica familiar de atención plena, como escuchar juntos una meditación guiada todos los días.

4. Asegúrate de que cada uno tenga un espacio personal

Un efecto de estar encerrados juntos es que es fácil que el otro te ponga nervioso. Todo el mundo necesita algo de tiempo para estar solo y recargar las pilas. Estando todos en la casa, es lógico que existan choques.

  • Enséñale a tu hijo palabras para ayudarlo a separarse de sus hermanos cuando hayan pasado suficiente tiempo juntos: “ Me gusta mucho jugar contigo. Ahora mismo estoy empezando a sentirme mal, así es que necesito estar un rato solo”. Sé el respaldo de tu hijo en estos casos: “Tu hermano jugará contigo más tarde. ¿Qué te gustaría hacer por mientras”.
  • Asegúrate de que todos los integrantes de tu familia puedan retirarse a un espacio tranquilo y acogedor cuando lo necesiten.
  • Este es el momento de usar audífonos, así nadie molestará a los demás.
  • Necesitas tener un horario familiar para que todos se mantengan “cuerdos”.

5. Equilibra las necesidades individuales de cada uno

Las necesidades de tus hijos pueden chocar en estos tiempos, así que intenta abordar esas diferencias sin hacer que nadie se equivoque.

  • Si un niño quiere más interacción que el otro, intenta establecer un “tiempo especial” diario entre los hermanos. Es posible que debas ayudarlos a encontrar una actividad que les guste a ambos, pero las investigaciones muestran que cuando los hermanos se divierten juntos, su relación mejora, incluso si pelean en otras ocasiones.
  • Cuando un hermano está molestando a otro y usted sospecha que simplemente está aburrido, intervenga para satisfacer su necesidad de atención.
  • En tiempos normales, no es trabajo de tu hijo mayor cuidar al más pequeño. Pero estos no son tiempos normales y todos necesitamos colaborar como familia. Si necesitas trabajar no hay nada de malo en pedirle a tu hijo mayor que vigile a los hermanos menores durante períodos cortos de tiempo. Pero dale pautas claras para que sepa cómo guiar el comportamiento de los más pequeños de manera adecuada. Asegúrate de que su esfuerzo de hermano mayor valga la pena, dándole un reconocimiento o algún privilegio.

Sigue estos consejos y verás cómo las cosas mejoran entre tus hijos. Después de todo, lo único que una familia quiere es estar tranquilos y disfrutar de una buena convivencia familiar.

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