El abuso sexual puede ocurrirle a cualquier niño o niña. No existe una forma infalible de protegerlos, pero hay pasos que puedes tomar para reducir este riesgo. Si algo le sucede a tu hijo, recuerda que el culpable es el abusador, no tú y menos tu pequeño. A continuación, encontrarás algunas precauciones que puedes tomar para cuidarlos.
Participa en la vida de tu hijo o hija
Esta simple acción puede hacer que las señales de advertencia de abuso sexual infantil sean más obvias y ayuda a tu hijo(a) a sentirse más cómodo acudiendo a ti si algo no está bien.
- Muestra interés en su vida diaria. Pregúntale qué hizo durante el día y con quién. ¿Con quién se sentó a la hora del almuerzo? ¿Qué jugó después de la escuela? ¿Lo pasó bien?
- Conoce a las personas que forman parte de la vida de tu pequeño. Entérate con quién pasa el tiempo, incluidos otros niños y adultos. Pregúntale sobre los niños con los que va a la escuela, los padres de sus amigos y otras personas con las que se pueda encontrar, como compañeros de curso o entrenadores.
- Elige cuidadores con precaución. Ya sea que se trate de una niñera, una nueva escuela, un bus escolar o una actividad después de la escuela, se meticuloso en investigar acerca de quiénes son.
- Habla de los medios. Los incidentes de violencia sexual están presentes en las noticias. Hazle preguntas a tu hijo como las siguientes: «¿Alguna vez has oído hablar de esto antes?» o «¿Qué harías si estuvieras en esta situación?» Aprovecha de decirle que estos son temas importantes sobre los que puede hablar contigo sin problemas.
- Conoce las señales de advertencia. Familiarízate con las señales de advertencia de abuso sexual infantil y observa cualquier cambio en tu hijo o hija por pequeño que sea. Ya sea que esto le esté sucediendo a tu niño o a otro que conoces, tú tienes el poder de hacer una gran diferencia en la vida de esa persona al intervenir y denunciar.
Anima a los niños a hablar
Cuando alguien sabe que su voz será escuchada y tomada en serio, le da el valor de hablar cuando algo no está bien. Puedes comenzar a tener estas conversaciones con tus hijos tan pronto como comiencen a usar palabras para hablar sobre sentimientos o emociones. No te preocupes si aún no hablas sobre estos temas con tu pequeña (o). Nunca es demasiado tarde.
- Ayúdalo a poner límites. Hazle saber que nadie tiene derecho a tocarlo o hacer que se sienta incómodo. Esto incluye abrazos de abuelos o incluso cosquillas de mamá o papá. Es importante que tu hijo sepa que su cuerpo es suyo. Es igual de importante recordarle que no tiene derecho a tocar a otra persona si esa persona no lo quiere.
- Enséñale a hablar sobre su cuerpo. Desde temprana edad, enséñale los nombres de las partes de su cuerpo. Esta simple acción le da la capacidad de acudir a ti cuando algo anda mal. Será capaz de explicarte mejor qué pasó.
- Debes estar disponible si es que te pide hablar. Reserva tiempo para dedicarlo a tu hijo y dale toda tu atención. Hazle saber que puede acudir a ti si tiene preguntas o si alguien le está hablando de una manera que lo hace sentir incómodo. Si tiene preguntas o inquietudes tómate el tiempo para hablar.
- Hazle saber que no se meterá en problemas. Muchos abusadores usan el secreto o las amenazas como una forma de mantener a los niños callados sobre el abuso. Recuérdale con frecuencia a tu hijo o hija que no se meterá en problemas por hablar contigo, sin importar lo que necesite decir. Cuando venga a ti, cumple con esta promesa y evita castigarlos por hablar.
- Dale la oportunidad de plantear nuevos temas. A veces, hacer preguntas directas como «¿Te divertiste?» y «¿Fue un buen momento?» no te dará las respuestas que necesitas. Dale a tu hijo la oportunidad de plantear sus propias preocupaciones o ideas haciéndole preguntas abiertas como «¿Hay algo más de lo que quisieras conversar?».
Sabemos que este es un tema difícil, pero es importante darlo a conocer con el objetivo de orientar tus pasos en caso de que pase. Recuerda que la clave está en las precauciones que debes tomar para intentar evitar los abusos sexuales.